jueves, 3 de marzo de 2011

EL PROCESO DE INDEPENDENCIA DEL URUGUAY (1825-1830)


1825: LOS ORIENTALES CONTRA BRASIL

1) FACTORES DE LA INSURRECCION ARMADA.
Luego de haber fracasado el intento revolucionario de 1823, los exiliados orientales refugiados en Buenos Aires continuaron los preparativos para un nuevo levantamiento armado. En 1825 nuevos hechos políticos aumentaron su confianza en la posibilidad de un iniciar una lucha victoriosa. Varios factores crearon el clima propicio para la insurrección:
a) en lo interno de la Provincia Oriental era cada vez mayor el descontento con la política de Lecor que favorecía a un reducido grupo de allegados. Muchos orientales que no habían particiapado en el intento de 1823 ahora parecían dispuestos a la lucha y sólo se esperaba el momento propicio y que se pronunciaran personalidades de reconocido prestigio (caudillos).
El Río de la Plata en 1825
b) en el orden internacional hay dos hechos que van a estimular y favorecer la revolución de 1825. Por un lado se produce la derrota final de las últimas fuerzas españolas que aún permanecían en Sudamérica, en la batalla de Ayacucho (9 de diciembre de 1824). Se aseguraba así el fin del dominio español, ya que era impensable la posibilidad de una reconquista hispánica sobre sus ex-colonias, sobretodo porque era claro que Inglaterra no estaba interesada en que eso ocurriera. Por lo tanto España ya no podría reclamar ningún derecho sobre el territorio de la Provincia Oriental y los orientales debían decidir si seguían perteneciendo a Brasil o si cambiaban esa situación.
El otro hecho significativo tenía que ver con la organización de las Provincias del Río de la Plata. Tras varios años de desorden y luchas entre las provincias, en diciembre de 1824 se instaló en Buenos Aires el Congreso Constituyente con el objetivo de redactar una constitución y crear un gobierno para todas las provincias que habían sido parte del Virreinato del Río de la Plata. El Congreso Constituyente aprobó en enero de 1825 una Ley Fundamental que establecía que el Congreso se encargaría de los problemas de interés común a todas las provincias y se encomendaba provisoriamente al gobernador de Buenos Aires el Poder Ejecutivo de las Provincias Unidas (hasta que se aprobara la constitución definitiva).
Este acontecimiento tenía consecuencias sobre la situación de la Provincia Oriental. La dominación portuguesa y brasileña sobre la provincia había sido posible por la desunión de las provincias del Río de la Plata, pero estas nunca habían creído que aquel dominio fuera definitivo y esperaban ver a la Provincia Oriental de vuelta a su seno. Alejado Artigas de la zona, Buenos Aires ya no veía a los orientales como un peligro y las provincias del litoral seguían viendo a la P. Oriental como otra de ellas.  Además la presencia brasileña en el Río de la Plata se veía como una peligro.
Pero hacer que la P. Oriental volviera a ser parte de las Provincias del Río de la Plata y dejara de ser una provincia del Imperio de Brasil, significaba enfrentarse a los brasileños. Para hacerlo las provincias platenses debían estar unidas. Al comenzar el año 1825 se había logrado esa unión.
En abril de 1825, con la “cruzada libertadora” va a dar comienzo la insurrección de los orientales contra el dominio brasileño. En un primer periodo , que va desde abril a octubre de 1825, la revolución fue un movimiento de orientales sin una participación directa de fuerzas de las Provincias del Río de la Plata. Cuando los orientales mostraron su capacidad guerrera para derrotar a los brasileños y dieron señales de organizarse, el Congreso de las Provincias del Río de la Plata aprobó la Ley de Reincorporación por la cual la provincia Oriental pasaba a ser parte de aquellas (24 de octubre de 1825). Anteriormente, el 25 de agosto de 1825, un congreso de orientales reunido en la ciudad de Florida se había pronunciado en contra del dominio brasileño y a favor de la unión con las provincias platenses.
 
Desembarco en la Agraciada, pintura de J. M. Blanes
2) LA CRUZADA LIBERTADORA
¿Donde y cómo se organizó la revolución? Los exiliados orientales que estaban en Buenos Aires se reunían en el comercio de Luis Ceferino de la Torre o en los saladeros de Pedro Trápani preparando la insurrección. Entre otros asistían a esas reuniones Juan Antonio Lavalleja, Manuel Oribe, Manuel Lavalleja, Pedro Trápani, Simón del Pino, Pablo Zufriateguy, Atanasio Sierra y Manuel Freyre.
Los revolucionarios hicieron dos tipos de gestiones: unas en Buenos Aires para obtener armas y dinero; otras en la P. Oriental para obtener gente que apoyara el movimiento asegurándose una participación masiva en la insurrección armada.


En Buenos Aires hubo apoyo de la población; el gobierno no se comprometía públicamente para evitar una guerra prematura con Brasil, pero permitió las reuniones “secretas” y aportó dinero. También aportaron dinero grandes comerciantes, saladeristas, estancieros y banqueros que esperaban obtener alguna ganancia cuando la provincia volviera a estar vinculada políticamente con Buenos Aires. A partir de 1822 había aumentado la demanda de productos de los saladeros lo que provocó una mayor demanda de ganado. Los saladeros de Buenos Aires necesitaban más ganado para faenar y los estancieros necesitaban más tierras para más tener ganado. Asentarse en la P. Oriental luego de expulsar a los brasileños, parece ser el motivo principal de ese apoyo de estancieros y saladeristas porteños. No era sólo por solidaridad con los orientales.
En la P. Oriental se obtuvo el apoyo de pequeños caudillos que se comprometieron a proporcionar caballos y conseguir gente para la lucha. Pero fracasó el intento de obtener la adhesión del caudillo principal en la campaña: Fructuoso Rivera, quien ocupaba un puesto de importancia dentro del gobierno brasileño en la P. Oriental.
En abril de 1825, completados todos los preparativos, se inició la Cruzada, cuya jefatura correspondió a Juan Antonio Lavalleja. Se cruzó el Río de Uruguay desde  Buenos Aires en dos etapas y finalmente el día 19 de abril desembarcaron en una zona conocida como La Agraciada.  El grupo que desembarcó era pequeño, 33 hombres de acuerdo a la tradición; pero en territorio oriental se fueron sumando más. Los desembarcados eran sólo el grupo dirigente, pero se necesitaba de la suma de la población oriental para hacer triunfar la rebelión. Diez días después del desembarco, en las cercanías del arroyo Monzón, se incorporó Rivera a las fuerzas revolucionarias. Este hecho, polémico en cuanto a si la incorporación fue voluntaria o forzada, era de trascendental importancia porque significaba contar con el apoyo de la campaña donde era mucha la influencia de Rivera.

3) LOS OBJETIVOS DE LOS REVOLUCIONARIOS
Los objetivos inmediatos de los rebeldes eran militares y políticos.
Los objetivos militares eran:
A) Extender la revolución desde el oeste hacia el este dividiendo y aislando al ejército brasileño que quedara al sur.
B) Mantener la zona del litoral porque a través de ella se podía recibir ayuda de las provincias argentinas.
C) Organizar un ejército capaz de soportar una larga campaña.
F. Rivera
D) Demostrar fuerza y eficiencia para recibir ayuda desde las Provincias Unidas.
Los objetivos políticos eran: la creación de un gobierno para administrar los territorios que se fueran liberando y demostrar capacidad para mantener el orden y de esa manera obtener el apoyo de las Provincias Unidas y lograr que estas entraran en guerra con Brasil.
En el campo militar se obtuvieron los primeros éxitos con la toma de las ciudades de Soriano, San José y Canelones. El 8 de mayo de 1825 las fuerzas revolucionarias le pusieron sitio a la ciudad de Montevideo que aún se encontraba en manos brasileñas. Después de esos éxitos iniciales se producen dos victorias de importancia para la revolución: Rincón y Sarandí. El 24 de setiembre las fuerzas dirigidas por Rivera iniciaron una acción sorpresiva para quitarle a los brasileños las caballadas que tenían en Rincón de las Gallinas, culminando el hecho con una victoria oriental apropiándose los vencedores de 8 mil caballos y armamento.
Aún de mayor importancia por sus consecuencias políticas fue la batalla de Sarandí el 12 de octubre. Las fuerzas dirigidas por Lavalleja, y donde se encontraban los principales jefes orientales del momento (Rivera, Manuel Oribe, Zufriateguy, Ignacio Oribe, Julián Laguna, Leonardo olivera, etc) derrotaron al ejército brasileño con fulminantes ataques de caballería. Las bajas brasileñas en Sarandí fueron considerables, pero lo más importante fue que el triunfo daba pruebas de la capacidad de los orientales, elemento importante para obtener el apoyo total de las Provincias Unidas.
El otro objetivo, la creación de un gobierno, también se cumplió.

4) CREACION DE UN GOBIERNO PROVINCIAL
Desde el desembarco y hasta mediados de junio de 1825, los territorios liberados fueron gobernados “de hecho” por el principal jefe militar, Juan Antonio Lavalleja.  Este tuvo que resolver los problemas que necesitaban urgente tratamiento y darle una mínima organización al territorio, por ejemplo crear una comisión de hacienda, una receptoría de aduanas y una comisión encargada de hacer gestiones en Buenos Aires para recibir ayuda.
En el mes de mayo Lavalleja envió una comunicación a los cabildos de las principales ciudades de la provincia ordenando que se eligiera un delegado para formar un Gobierno Provisorio.
Se eligieron delegados por seis departamentos: Colonia, Maldonado, Canelones, San José, Soriano y Durazno. El 14 de junio quedó instalado el Gobierno Provisorio en la ciudad de Florida, siendo presidido por Manuel Calleros.
Las primeras medidas tomados por el Gobierno provisorio fueron:


A) Designación de Lavalleja como Comandante y de Rivera como Inspector General del ejército oriental. Se trataba de transformar al movimiento revolucionario en una milicia organizada y atada a las jerarquías.
B) Designación de dos delegados para gestionar en Buenos Aires la ayuda del gobierno de las P. Unidas.
C) Convocatoria a elecciones para formar una sala de Representantes que actuaría como poder legislativo.
Se realizaron las elecciones y el 20 de agosto comenzó a funcionar la Sala de Representantes que se mantuvo hasta que fue disuelta por Lavalleja en octubre de 1827. Estaba integrada por 14 miembros.

5) LAS LEYES DEL 25 DE AGOSTO
Sala de Representantes reunida en Florida
A iniciativa de Carlos Anaya la Sala de Representantes decidió anular la incorporación de la Provincia Oriental a Brasil. En la sesión del día 25 de agosto de 1825 se aprobaron tres leyes que eran fundamentales por que establecían la decisión de los orientales sobre que estado integrarían en el futuro.
-La ley de independencia: consta de dos partes. En la primera parte la Sala de Representantes declara la nulidad de todos aquellos actos por los cuales los gobiernos anteriores de la provincia habían aceptado, bajo el uso de la fuerza, incorporarse a otros estados. En la segunda parte declara que la Provincia Oriental reasume sus derechos y libertades y se declara “de hecho y de derecho” libre e independiente de Portugal, Brasil o cualquier otro poder. De esta manera se anulaba la incorporación de la Provincia realizada por el Congreso Cisplatino en 1821.
-La ley de unión: establece que la Sala de Representantes, representando la voluntad de los orientales, declara la unión de la Provincia Oriental a las Provincias unidas del Río de la Plata, o se que la Provincia Oriental quiere ser parte de aquellas.
- La ley de pabellón: establece el uso de la bandera tricolor usada por los 33 al desembarcar (y que retomaba los colores de las banderas artiguistas) hasta que se admitiera a la provincia dentro de las Provincias Unidas, pasando entonces a usar la bandera de estas.


1826: LAS P. UNIDAS CONTRA BRASIL

El gobierno de las P. Unidas había prestado ayuda al movimiento revolucionario en forma indirecta. Los triunfos orientales en Rincón y Sarandí y la ley de unión votada por la Sala de Representantes, decidieron al Congreso de las P. Unidas a considerar a la Provincia Oriental como una de ellas. Esto se hizo a través de la llamada “ley de reincorporación” aprobada el 24 de octubre de 1825, que reconocía a esta provincia como integrante de las Provincias Unidas del Río de la Plata.
Al hacerlo desconocía la autoridad que Brasil decía tener sobre la Provincia Oriental; era, de hecho, la declaración de guerra a Brasil. Este, que ya había protestado reiteradamente ante Buenos Aires acusando a las P. Unidas de favorecer a los rebeldes orientales, declaró  la guerra el 10 de diciembre. Esto no tomó de sorpresa a las P. Unidas que desde mayo había comenzado a reforzar los ejércitos sobre el Río Uruguay.
Guerra de las P. Unidas y Brasil
En enero de 1826 las fuerzas de las P. Unidas ingresaron a territorio oriental y los hombres dirigidos por Lavalleja se unieron a ellas. A partir de este momento la guerra ya no era entre los rebeldes orientales y el Brasil sino entre este y las P. Unidas.
La incorporación de las fuerzas orientales al ejército argentino, dirigido por Martín Rodríguez, se hizo con algunas dificultades. La incorporación significaba la perdida de la autonomía, ya no se trataba de un ejército oriental sino de parte de un ejército dirigido desde Buenos Aires. Además era evidente que Buenos Aires estaba imponiendo el unitarismo en el Congreso Constituyente, por lo tanto había una tendencia centralizadora, que parecía resucitar los viejos antagonismos entre la capital y las provincias.
Durante el año 1826 se vio con mayor nitidez la inclinación al unitarismo del Congreso. Se creó un pode ejecutivo permanente para favorecer la centralización, designándose a Bernardino Rivadavia (dirigente unitario) como Presidente, se declaró a Buenos Aires como capital de las P. Unidas y finalmente se aprobó una constitución de claro contenido unitario.
Este situación se reflejó en la P. Oriental con el aumento de influencia de los sectores favorables al unitarismo que se oponían a Lavalleja que era partidario de la tendencia federal. Presionado desde Buenos Aires Lavalleja delegó el mando político en la Provincia Oriental (había sido designado Gobernador por la Sala de Representantes unos meses atrás) y marchó hacia el frente de batalla en el norte de la provincia.
A pesar de las declaraciones de guerra, la guerra efectiva entre las P. Unidas y Brasil no comenzó hasta enero de 1827. El ejército de las P. Unidas penetró en territorio ocupado por los brasileños y luego de largas y penosas marchas en pleno verano, se produjo la única batalla de importancia de esta guerra: Ituzaingó, donde los brasileños fueron derrotados. La idea de los jefes vencedores era avanzar más en territorio brasileño y lograr una victoria decisiva, pero no se pudo hacer y el frente de lucha se estabilizó.


La guerra también se desarrollaba en el mar. Allí la superioridad brasileña era aplastante y su flota de guerra había bloqueado el puerto de Buenos Aires. A pesar de la superioridad brasileña, el gobierno de Buenos Aires había logrado formar una escuadrilla bajo el mando del experimentado marino Guillermo Brown que obtuvo algunos éxitos.


1827: LA GESTIONES DE PAZ

Los años 1827 y 1828 fueron decisivos para el proceso de independencia del Uruguay. En estos años se observa:
- La paralización de las operaciones militares, adquiriendo más importancia las negociaciones diplomáticas.
- La ruptura interna de las Provincias Unidas que volvieron a dividirse.
- El fortalecimiento de la autoridad oriental que se desliga de la influencia unitaria y adquiere mayor autonomía.
- Las gestiones de paz realizadas por los ingleses y que culminan con la creación del Uruguay.

1) LA MEDIACION INGLESA
Fue solicitada por los dos países en guerra al ver que el conflicto se alargaba y no tenía una definición favorable para ninguno de los dos bandos. Inglaterra por su parte tenía gran interés de intervenir para terminar con el conflicto que afectaba sus intereses comerciales en el Río de la Plata.  Inglaterra era la gran potencia comercial de la época y el sur del continente americano le interesaba porque era proveedor de materia prima (cueros) y podía ser un mercado para sus productos industrializados. Los empresarios ingleses tenían interés en aumentar sus ventas a estas regiones, lo que se veía perjudicado por el bloqueo del puerto de Buenos Aires, y las dificultades de navegación en el Río de la Plata por la situación de guerra.
Por lo tanto el objetivo principal de la mediación inglesa era lograr la paz que permitiera el comercio normal. Pero no se debe descartar otro objetivo: obtener la apertura de los ríos que permitiera el ingreso de la mercadería inglesa al interior de los países. Inglaterra sostenía que aquellos ríos que pasaran por más de un país, no podían considerarse ríos interiores, sino internacionales y cualquier país tenía derecho de navegar por ellos. Esto favorecía al país que tenía la mayor flota que circulaba por todos los mares del mundo: la propia Inglaterra.
La mediación inglesa se hizo a través de Lord Ponsomby, enviado especial del Primer Ministro Canning, que se trasladó a América para hacer las gestiones de paz.

2) LAS PRIMERAS NEGOCIACIONES
Las primeras negociaciones de paz se celebraron en Río de Janeiro donde Lord Ponsomby se entrevistó con autoridades brasileñas. El enviado inglés propuso dos alternativas para acabar con el conflicto:
a) que Brasil cediera la P. Oriental (Cisplatina para los brasileños) a las P. Unidas a cambio de una indemnización;
b) que la P. Oriental se transformara en un territorio independiente.
El emperador de Brasil, Pedro I rechazó ambas propuestas. Lord Ponsomby se trasladó a Buenos Aires donde inició conversaciones con el Gobernador de Buenos Aires y Presidente de las Provincias Unidas Bernardino Rivadavia. Las conversaciones con este tampoco prosperaron. En realidad ambos países confiaban aún en que podía vencer al adversario y quedarse con la provincia, por lo tanto no dieron mucha importancia a las gestiones inglesas.
La situación cambió a partir de la batalla de Ituzaingó. El gobierno de Brasil, temeroso de una invasión más profunda a su territorio y con graves problemas internos para resolver, se mostró más dispuesto a negociar. Rivadavia envió a Río de Janeiro a Manuel García (abril de 1827) para tener conversaciones directas con Brasil. El embajador inglés en Río, Robert Gordon, servía de intermediario. García realizó una propuesta similar a la realizada por Lord Ponsomby. El gobierno brasileño rechazó la posibilidad que la P. Oriental pasara las P. Unidas argumentando que estas estaban en estado de anarquía y por lo tanto nadie aseguraría el orden en aquella provincia. Tampoco consideraban conveniente la independencia del territorio por que carecía de condiciones para gobernarse por si mismo.
García no se resignó a volver a Buenos Aires sin una solución y el 24 de mayo de 1827 firmó un acuerdo de paz, conocido como Convención García, en que aceptaba las condiciones brasileñas: las P. Unidas renunciaban a la P. Oriental, por lo que esta se mantenía bajo dominio brasileño y las fuerzas argentinas se retirarían cesando la guerra.
¿Por que Manuel García firmó esta convención que era contraria a las indicaciones que llevaba desde las P. Unidas del Río de la Plata? La razón principal hay que buscarla en la situación interna de las P. Unidas. Los unitarios que apenas podían controlar la situación, necesitaban el regreso del ejército que estaba peleando con Brasil para poder usarlo internamente contra las posibles y casi seguras rebeliones de las provincias que no aceptaban la constitución centralizadora. García, al igual que Rivadavia, pertenecía al bando unitario y estaba interesado en una paz a cualquier precio para poder llevar de regreso al ejército.

3) LOS CAMBIOS POLÍTICOS EN BUENOS AIRES


Las noticias sobre el acuerdo firmado por García llegaron a las P. Unidas en medio de los problemas suscitados por la oposición a la constitución unitaria que había sido aprobada por el congreso. Casi todas las provincias habían rechazado la constitución. Incluso habían desconocido al gobierno y habían convocado a un nuevo congreso.
Aunque Rivadavia rechazó el acuerdo que García había firmado con Brasil, no evitó que su gobierno cayera en el desprestigio, acusado además de negociados bancarios. Rivadavia renunció y se disolvió el gobierno nacional. Las provincias volvían a quedar independientes. En Buenos Aires el sector federal dominó la situación y se designó gobernador a Manuel Dorrego. Las otras provincias cedieron a este la dirección de la guerra contra Brasil y las negociaciones de paz.
Estos cambios en territorio argentino repercutieron en la P. Oriental. La caída del unitarismo fortaleció a Lavalleja, tanto en lo militar como en lo político, asumiendo la totalidad del poder al disolver a la Sala de Representantes de tendencia unitaria.
Los jefes orientales se reunieron en Durazno en 0ctubre de 1827 y solicitaron a Lavalleja que asumiera el poder y ordenase el cese de la Sala de Representantes. Argumentaban que la Sala era un instrumento de la política unitaria porteña, que no representaba al pueblo oriental y que era ineficaz (varios de los representantes no concurrían a las sesiones).
El fortalecimiento de Lavalleja tiene una enorme importancia porque va a gravitar sobre las negociaciones de paz. Influido por Pedro Trápani, quien a su vez estaba muy vinculado a Lord Ponsomby, Lavalleja fue analizando la posibilidad de la independencia de la P. Oriental. Trápani a través de una intensa correspondencia, aconsejaba a Lavalleja que esa era la mejor solución. No sabemos hasta donde la idea fue concebida por Trápani y hasta donde fue realmente Lord Ponsomby el inspirador.  Este en la correspondencia mantenida con Canning se volcaba a favor de la independencia como forma de terminar con el conflicto. En una de esas cartas, Lord Ponsomby expresaba: “... La Banda Oriental contiene la llave del Plata; su población está animada por un fuerte sentimiento nacional; le desagradan los brasileños y los de Buenos Aires por igual... Los orientales están tan poco dispuestos a permitir que Buenos Aires tenga dominio sobre ellos, como a someterse a la soberanía del emperador de Brasil...”
4) LAS ULTIMAS NEGOCIACIONES
A fines de 1827 el emperador de Brasil, presionado por los problemas internos (movimientos separatistas), decidió negociar sobre nuevas bases, aceptando como solución la independencia de la P. Oriental, siempre que se le asegurara que en el futuro no se uniría a las P. Unidas.
Robert Gordon, el embajador inglés en Río de Janeiro notificó de esta vuelta de tuerca a Lord Ponsomby y envió a su secretario, Fraser, para que se entrevistara con Lavalleja, para ver cual era la opinión de este. Por su parte Trápani, enterado por Lord Ponsomby de la aceptación de Brasil de la independencia oriental, también se entrevistó con Lavalleja para convencerlo que esa era la mejor solución. Trápani aconsejó a Lavalleja que mantuviera el orden dentro de la provincia demostrando capacidad para gobernarse y no iniciar nuevas operaciones militares. Lavalleja dio su conformidad.
Sin embargo se iniciaron nuevas operaciones militares sin el consentimiento de Lavalleja. Fructuoso Rivera, que se encontraba en territorio argentino, había presentado ante Dorrego un plan para invadir las Misiones y el sur de Rio Grande y crear un nuevo frente de lucha. Dorrego aceptó el plan. Rivera, que pidió la aprobación de Lavalleja para hacer la invasión y no la obtuvo, decidió actuar por su cuenta.  En abril de 1828 invadió las Misiones que quedaron en su poder.
El éxito de la campaña de las Misiones alarmó al emperador brasileño que aceleró las gestiones para llegar a una acuerdo. Pero ahora era Dorrego, designado por las provincias argentinas para que manejara sus relaciones exteriores, quien no estaba dispuesto a aceptar la independencia oriental. Procuró sacar ventaja del triunfo de Rivera en las Misiones y continuar la guerra contra Brasil. Tanto el como los jefes federales consideraban que la P. Oriental debía ser parte de las provincias el Río de la Plata y no un país independiente (la vieja idea de “la patria grande”).
Pero las gestiones inglesas ya estaban encaminadas hacia la independencia de la P. Oriental y Dorrego necesitaba dinero (el gobierno de Rivadavia había dejado graves problemas financieros) y los préstamos venían de Inglaterra. Presionado por la situación económica y en una posición política que aún no era estable (el apoyo de las provincias era relativo), Dorrego aceptó enviar una delegación a Río de Janeiro para llegar a un acuerdo de paz.

1828: LA CONVENCION PRELIMINAR DE PAZ



Las negociaciones definitivas se realizaron en el mes de agosto de 1828 en Río de Janeiro. Representaron a las provincias argentinas Juan Ramón Balcarce y Tomás Guido, y al gobierno de Brasil el Marqués de Aracaty, Jose Clemente Pereira y Joaquín Olivera. Se realizaron siete sesiones y el 28 de agosto de 1828 se firmó la Convención Preliminar de Paz. Lord Ponsomby no participó directamente de las reuniones pero se había trasladado a Rio para seguir de cerca lo que acontecía en ellas. Aunque no aparecían como firmantes ni garantes, los ingleses estaban “presentes” en la convención de paz. La solución que se daba al conflicto era la que Lord Ponsomby había sugerido: la independencia de la Provincia Oriental creándose un nuevo estado.

¿QUE DECIA LA CONVENCION DE PAZ?
Los dos primeros artículos establecían que las P. Unidas y Brasil acordaban declarar a la llamada P. Cisplatina o de Montevideo como estado libre e independiente. Los delegados argentinos habían propuesto una independencia temporal, por cinco años, pero esto no fue aceptado por los brasileños.
Se discutió la forma de redactar el texto. Cada una de las partes quería un texto que indicara un derecho anterior exclusivo sobre el territorio de la P. Oriental, y que renunciaba a ese derecho. Se llegó a un acuerdo y se redactaron dos artículos con la misma fórmula, uno para Brasil y otro para las P. Unidas.
La Convención de Paz también establecía que en el nuevo estado se convocaría una Asamblea Constituyente para redactar una constitución, que debía ser examinada y aprobada por los países firmantes, y 
crear un gobierno provisorio hasta que esa constitución entrara en vigencia.
Si bien se establecía que el nuevo estado era libre e independiente, se le limitaba en su poder de decisión porque Brasil y las P. Unidas tenían derecho de intervenir en él hasta cinco años después de que entrara en vigencia la constitución.
Se establecía también el abandono del territorio de las Misiones por los ejércitos que las ocupaban.
Finalmente se establecía la libre navegación del Río de la Plata y sus afluentes por el término de 15 años.

¿QUE PROBLEMAS DEJABA SIN RESOLVER?
La Convención dejaba algunos problemas sin resolver y contenía artículos que podían ser perjudiciales para los orientales:
A) Era una “convención preliminar”, por lo tanto los firmantes iban a realizar más adelante una definitiva (que nunca se hizo). Por esa razón se dejaban muchas cosas sin resolver (como los límites del nuevo estado) para tratarlos en esa convención final. En realidad ambos contendientes, Brasil y Argentina, tomaban esta convención como una tregua temporal hasta que pudieran recuperarse y volver a tomar la P. Oriental.
B) No se establecían los límites del nuevo estado que se creaba; por lo tanto este no tenía una definición concreta de su territorio y debía resolverlo con sus poderosos vecinos, los mismos que “le daban” la independencia.
C) Se consagraba el derecho a intervenir en los asuntos internos del nuevo país a los dos países firmantes de la convención.
D) No existía ninguna mención a la voluntad de los orientales. La independencia de la P. Oriental aparecía como “un regalo” de Brasil y Argentina.

¿QUE INTERESES FAVORECIA?
Los de las P. Unidas y Brasil que obtenían la tregua necesaria para enfrentar sus problemas internos y recuperarse. No quedaban plenamente satisfechos porque perdían un territorio, pero los convencía el hecho de que el otro tampoco lo ganara y mantenía la esperanza de recuperarlo en el futuro.
Inglaterra como potencia mediadora obtuvo un éxito completo sin comprometerse oficialmente ya que no aparecía en la convención. Obtenía la paz necesaria para la normalización del comercio.
Pero, además, la creación de un nuevo estado en el Río de la Plata contemplaba los planes ingleses de “política de equilibrio”. Al no quedarse Argentina, ni Brasil, con el territorio oriental, se obtenía un equilibrio entre ambos, y el nuevo país, en medio de los dos grandes, actuaba como “estado tapón”.
El Río dela Plata en 1830
Si la P. Oriental hubiera pasado a ser parte de las P. Unidas, como querían quienes redactaron las leyes del 25 de agosto de 1825, el Río de la Plata pasaba a ser un río interior quedando en manos del gobierno argentino la reglamentación de su tránsito. Al crearse un nuevo estado, el rio quedaba entre ambos y podía ser considerado un río internacional y por lo tanto de libre navegación como quería Inglaterra.
Además la creación de un pequeño estado entre dos vecinos poderosos que aspiraban a su territorio, volcaría a ese pequeño estado a buscar apoyo en otro país, y ese país bien podía ser Inglaterra, que podía tener un importante aliado en esta región de Sudamérica (y sobretodo un puerto como el de Montevideo para resguardar sus barcos y abastecerse).


1830: LA CREACION DEL URUGUAY

El proceso de independencia del Uruguay culmina en 1830 con la puesta en práctica de la primera constitución y la primer presidencia: la de Fructuoso Rivera.


 Pero en 1829 aún existía una situación muy especial: una transición hacia la independencia: Mientras la Asamblea Constituyente redactaba la constitución que establecería el tipo de gobierno que iba a tener el nuevo estado, funcionó un gobierno provisorio a cargo de José Rondeau, que tomó algunas medidas para ir creando las condiciones necesarias para el nuevo gobierno. Había un territorio que no aún no era reconocido como estado soberano, pero tampoco pertenecía a otro país, que aún no tenía nombre ni bandera que lo identificara.
Para el cargo de gobernador provisorio había dos figuras que sobresalían: Lavalleja y Rivera. En la Asamblea Constituyente se entendió necesario adoptar una solución intermedia designando a una figura ajena a ambos caudillos. Por eso se designó a Rondeau.
Rondeau se hizo cargo del gobierno desde diciembre de 1828 hasta abril de 1830. Los principales problemas que debió enfrentar fueron: el retiro de las tropas brasileñas y argentinas, organizar la administración del nuevo estado y generar recursos propios (impuestos) para mantener esa administración en un país que venía de muchos años de guerras. Además debía gobernar en medio de la situación de división y enfrentamiento que se daba entre los dos principales caudillos. En un principio intentó mantener una posición equidistante entre Rivera y Lavalleja, pero con el correr de los meses se dio una vinculación creciente con Rivera al que designó ministro. A partir de ese momento los cargos más importantes de gobierno fueron a parar a adictos a Rivera. En enero de 1830 Rondeau designó a Rivera Comandante General de la campaña, cargo similar al que había tenido durante la dominación brasileña y que le daba un gran poder e influencia. Esa influencia iba a ser fundamental al acercarse el momento de elegir el presidente.
El conflicto entre los caudillos se fue agravando y repercutió en el seno de la Asamblea Constituyente. Finalmente Rondeau renunció y Lavalleja fue designado como gobernador hasta la designación del presidente. Rivera mantuvo su cargo de Comandante de la Campaña y estuvo a punto de darse una guerra entre ambos, pero llegaron a un acuerdo (la transacción de los generales) en el que se estableció “el perpetuo olvido” de lo ocurrido.

ELABORACION DE LA CONSTITUCION

La Asamblea Constituyente comenzó sus sesiones en noviembre de 1828 en San José, posteriormente se trasladó a Canelones y finalmente, al retirase los brasileños de Montevideo, se instaló en esta ciudad.
La Asamblea tuvo una doble función: elaborar una constitución y legislar.
La elaboración del texto constitucional llevó a que se discutieran algunos puntos en los que no había total acuerdo. Uno de los puntos de polémicos fue el del nombre a dar al nuevo estado. Se propusieron varios nombres: estado de Montevideo, estado de Solís, estado Oriental del Caudaloso Plata, estado Oriental del Uruguay. Este último fue aceptado por la mayoría de asambleístas.
Otro tema discutido fue el de la relación entre el estado y la religión. Estaban de acuerdo en que la Católica era la religión del estado pero algunos asambleístas querían que fuera la única permitida y otros consideraban que si bien había una oficial, se debía permitir la libertad de cultos. Finalmente se estableció la católica como oficial y no se emitió pronunciamiento sobre la libertad de cultos.
También se discutió sobre la mejor manera de integrar el Poder Legislativo: algunos asambleístas proponían un sistema bicameral como el inglés y el norteamericano y otros proponían un sistema unicameral argumentando que la existencia de una cámara alta o de senadores podía tomarse como propio de un sistema aristocrático. A favor de las dos cámaras se argumentaba una discusión más profunda de las leyes, porque luego de ser discutidas  por una cámara pasaban a la otra antes de ser aprobadas.
También se discutió sobre la posibilidad de que los militares fueran elegidos para cargos de senador o diputado. No se aceptó esa posibilidad.

LA CONSTITUCION DE 1830
Se establecía la forma de gobierno representativa republicana con división de poderes.
El Poder Legislativo estaba integrado por la Asamblea General que tenía dos cámaras: la de Representantes y la de Senadores.
Las facultades de la Asamblea General eran: hacer las leyes, aprobar el presupuesto (gastos y recursos) que le presentara el Ejecutivo, crear impuestos, declarar la guerra y aprobar tratados internacionales, designar al Presidente y a los integrantes del Poder Judicial, crear y suprimir empleos públicos.
La Cámara de Representantes se integraba con un representante cada tres mil habitantes, electo directamente por los ciudadanos, que permanecía tres años en el cargo.
La Cámara de Senadores se integraba con un senador por cada departamento, electo en forma indirecta (a través de un colegio elector electo por los ciudadanos) y que duraba seis años en funciones.
El Poder Ejecutivo estaba a cargo del Presidente de la República, designado por la Asamblea General por mayoría absoluta. Duraba cuatro años y no podía ser reelecto. En caso de vacancia era sustituido por el Presidente del Senado. Sus atribuciones principales eran la conservación del orden interior y la seguridad exterior, el mando del ejército, designación de los funcionarios públicos, proponer leyes al poder legislativo. El presidente era auxiliado en sus tareas por ministros que podía designar y destituir a voluntad.


El Poder Judicial era ejercido por la Alta Corte de Justicia cuyos miembros eran designados por la Asamblea General. Por debajo se encontraba los Tribunales e Apelaciones y los Juzgados.
El gobierno de cada departamento estaba a cargo de un Jefe Político designado por el Presidente. También cumplían funciones como jefes de policía, lo que les daba gran poder en sus departamentos, sobretodo por que controlaban las elecciones. Junto a los jefes políticos actuaban Juntas Económicas Administrativas, con funciones generales de fomento.
La Constitución de 1830 establecía dos tipos de ciudadanos: los naturales que eran los hombres libres nacidos en territorio uruguayo, y los legales que eran los extranjeros que cumplieran con ciertos requisitos.
La ciudadanía se suspendía por diversas causales:
Junto a las causales comunes como ineptitud física y moral, procesado, no haber cumplido veinte años de edad, ser deudor del estado y ser soldado, había otras como la de ser sirviente a sueldo, jornalero y analfabeto. Las mujeres no eran consideradas ciudadanas. Eran muchos los que no podían participar de las elecciones; se calcula que sólo el 10% de los habitantes podían votar.
El voto no era obligatorio y tampoco era secreto. Se votaba oralmente y no existían garantías para el sufragio, siendo muchos los fraudes denunciados en el correr del siglo XIX mientras estuvo en vigencia esta primera constitución.
Así como no todos podían votar, no todos podían ser elegidos. Para ser senador, representante o presidente se requería la posesión de cierta cantidad de bienes.
Con referencia a los derechos individuales se establecía que todos los habitantes tenían derecho a la vida, honor, libertad, seguridad y propiedad. Eran considerados iguales ante la ley. Además los ciudadanos tenían derecho a la inviolabilidad del domicilio y de la correspondencia y derecho de petición. También se establecía la libertad de vientres y se prohibía el tráfico de esclavos (pero no se abolía la esclavitud ya existente)
En conclusión esta primer constitución del Uruguay respondía a la ideología liberal, establecía un sufragio limitado o censatario, daba enormes facultades al presidente que tenía pocos controles de los otros poderes (presidencialismo) y establecía un sistema rígido para su reforma.
Con estas normas comenzó Uruguay su vida como país. Se trataba de normas tomadas de la realidad europea, una realidad muy distinta a la del Uruguay de 1830.  La constitución formaba parte del “país ideal” de la clase dirigente, pero... ¿se adecuaba al país real?

       ¿CUÁNDO SE PRODUCE LA INDEPENDENCIA DEL URUGUAY?
       Actualmente festejamos el 25 de agosto como el día de la independencia del Uruguay. Pero la mayoría de los historiadores no comparten dicha fecha. En primer lugar porque se considera que fue un proceso en el cual se fueron dando varios hechos que desembocan en la independencia. En segundo lugar porque para muchos historiadores las leyes del 25 de agosto de 1825 no plantean la independencia del país. Si bien una de esas leyes, la llamada “ley de independencia”, se refiere a la independencia de “la Provincia Oriental”, es con respeto al país que estaba dominando esta provincia (Brasil), pero con la intención de que la provincia pase a ser parte de otro país: las Provincias Unidas del Río de la Plata.
       Así lo establece claramente el texto de la “ley de unión”: “...Queda la Provincia Oriental del Río de la Plata unida a las demás de este nombre”. A fines de ese año el Congreso Constituyente reunido en Buenos Aires acepta la “reincorporación de la provincia”; y Juan Antonio Lavalleja dice “ya estamos incorporados a la gran nación argentina”.
       Pero, entonces ¿cuándo se independiza Uruguay? Si buscamos una fecha determinada podría ser esa fecha la del 27 de agosto de 1828. ¿Por qué? Porque ese día se firmó la Convención Preliminar de Paz entre Brasil y las Provincias Unidas del Río de la Plata en la cual ambos países terminaban la guerra que tenían por la Provincia Oriental renunciando a poseer su territorio. La propuesta de que la P. Oriental no quedase en poder de ninguno de los dos países, y por lo tanto no se cumplía el deseo de las leyes del 25 de agosto de ser parte de la “nación argentina”, provino del inglés Ponsomby. Aceptar esto es como decir que la independencia de Uruguay es un regalo que hicieron los países vecinos o que el uruguay es un invento inglés, lo que es chocante para aquellos que buscan afirmar el nacionalismo y la identidad de los uruguayos.
       Tal vez por eso se hace difícil aceptar esa realidad histórica. En el siglo XX al plantearse festejar el centenario del Uruguay los legisladores blancos intentaron celebrarlo en 1925 centenario de 1825 porque 1825 fue año donde se habían destacado las figuras de los que años después serían caudillos blancos, Lavalleja y Oribe. Los legisladores colorados propusieron el año 1930, año en que comienza la primera presidencia, y el primer presidente fue Frutuoso Rivera, fundador del P. Colorado. De esta manera se sumaba un nueva fecha a la polémica: el año 1830, año en que entró en vigencia la primer constitución del Uruguay y se designa al primer presidente. El argumento era que un país no es totalmente independiente hasta que tiene su propia forma de gobierno. Como no se llegó a un acuerdo, el centenario se festejó en los dos años.